Las
 personas neurotípicas (esto es, sin el síndrome de Asperger) poseen un 
sofisticado sentido de reconocimiento de los estados emocionales ajenos 
(empatía). La mayoría de las personas son capaces de asociar información
 acerca de los estados cognitivos y emocionales de otras personas 
basándose en pistas otorgadas por el entorno y el lenguaje corporal de 
la otra persona. Las personas con síndrome de Asperger (SA) no poseen 
esta habilidad, no son empáticas; se puede decir que tienen una especie 
de "ceguera emocional". Para las personas más severamente afectadas 
puede resultar imposible incluso reconocer el significado de una sonrisa
 o, en el peor de los casos, simplemente no ver en cualquier otro gesto 
facial, corporal o cualquier otro matiz de comunicación indirecta. Del 
mismo modo, el control voluntario de la mímica facial puede estar 
comprometido. Es frecuente que las sonrisas "voluntarias" en las 
fotografías familiares sean una colección de muecas sin gracia. Por el 
contrario, las sonrisas espontáneas suelen ser normales. Las personas 
con SA en general son incapaces de "leer entre líneas", es decir, se les
 escapan las implicaciones ocultas en lo que una persona le dice de 
forma directa y verbal.  

 
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