La
miastenia gravis (MG) es una enfermedad neuromuscular autoinmune y
crónica caracterizada por grados variables de debilidad de los músculos
esqueléticos (los voluntarios) del cuerpo. La denominación proviene del
latín y el griego, y significa literalmente «debilidad muscular grave».
Debuta con un cuadro insidioso de pérdida de fuerzas, que
rápidamente se recuperan con el descanso pero que reaparece al reiniciar
el ejercicio. Suele iniciarse en los músculos perioculares. En pocas
ocasiones el inicio es agudo.
El nombre es ya inadecuado, de cuando no existía tratamiento pues
con las terapias actuales la mayoría de los casos de miastenia gravis no
son, para nada, graves como su nombre indica. De hecho, para la mayoría
de pacientes con miastenia gravis, la esperanza de vida no disminuye a
causa de su trastorno.
La característica principal de la miastenia gravis es una debilidad
muscular que aumenta durante los períodos de actividad y disminuye
después de períodos de descanso. Ciertos músculos, tales como los que
controlan el movimiento de los ojos y los párpados, la expresión facial,
la masticación, el habla y la deglución (tragar) a menudo se ven
afectados por este trastorno. Los músculos que controlan la respiración y
los movimientos del cuello y de las extremidades también pueden verse
afectados, pero, afortunadamente, más tardíamente.
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